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miércoles, 15 de marzo de 2017

Nuestra entrada a Colombia

Se puede decir que cumplimos con nuestro objetivo, desde un principio veiamos a Colombia muy lejos y un poco improbable, con el paso del tiempo esta idea se fue deteriorando cada vez mas hasta que cumplimos nuestro principal objetivo, llegar a COLOMBIA!!!

Desde el primer dia comprobamos esta bella hospitalidad que brinda el amigo colombiano, fue así que pasamos la frontera por Ipiales, en busca de una postal nos fuimos directamente a la catedral de la virgen de las lajas, hermoso santuario ubicado en un puente en medio de un cañon, precioso!
por seguridad decidimos irnos a dormir a un pueblo, tocó en Potosí después de un dedo exitoso...
Hasta las 9 de la noche no habíamos podido conseguir nada, las monjas nos dejaron plantados esperando a la hermana superior, solo quedó esperar que el universo decida esta vez, al rato pasaron tres personas, nos charlaron un rato y terminaron invitandonos a tomar el famoso "tintico" abridor de puertas y amistades. Así fué que esa misma noche nos dejaron armar la carpa en casa de Bernardo, frente a la plaza, con quien charlamos y nos abrimos un poco el panorama de lo que sería Colombia, al otro día Bernardo nos lleva hasta la ruta y nos bendice en nuestro camino, Muchas gracias!!!!

Llegamos a Pasto, después de conocer una muy buena persona Ecuatoriana que nos llevó en su camioneta, pasamos una semana ahí en casa de una hermosa familia que nos recibió a travez de la aplicación de couchsurfing y pasamos ahí el cumpleaños de flor, luego de eso, tuvimos un excelente dedo a Mocoa y acá es en donde la hospitalidad brotó de vuelta como hongo en día soleado, buscando un lugar, luego de que un contacto nos ofreció dormir en un terreno valdío, los bomberos nos digan que no y la cruz roja no nos de ni la mas mínima cercanía a una solución, por pura intuición fuimos a preguntar a una escuela privada, charlando y conversando, hablando con unos y otros, dimos al final con la rectora de dicho establecimiento, la cual conocía la web couchsurfing por su hijo y había hospedado varias personas de distintos países, un poco dudando por lo extraño de la situación termina invitandonos a su casa, en donode pasamos dos noches con esa maravillosa familia, por desgracia su hija yo no vivía en Mocoa y no la pudimos conocer, pero de seguro es una excelente persona, quedamos realmente agradecidos por tremendo gesto.

Así fue que seguimos nuestro camino, esta vez para el llamado pueblo San Agustín, famoso por sus vestigios precolombinos y su turismo extranjero. No fué ese mismo día que llegamos, sino que otra vez vivimos la hospitalidad colombiana desde cerca, el señor que nos levantó, luego de unos dos tinticos, termino dejándonos dormir en una finca de su familia, en donde había muchas vacas y la teníamos para nosotros solos, disfrutamos mucho de eso, la paz, el fuego, los buenos ratos...

Después de tanta mala racha nos tocó lo peor, un poco por confianzudos y otro poco por pura mala suerte, en un camping de San Agustín nos robaron cien dolares de nuestros ahorros que veníamos trayendo desde Mar del Plata... fue devastador, además que también desapareció la campera de Flor... un golpe bajo después de un pésimo día de trabajo.
Quedamos derrumbados, pero con buena onda, en esas horas solo queda ponerle el pecho y seguir para adelante, el estado de ánimo al máximo intentando salir a flote, nos fuimos volando de ese camping al otro día, pensando alternativas, viendo que hacíamos, tampoco teníamos mas pesos colombianos, ahí fue donode por insitinto, flor, fue a hablar a la única casa de cambio de San Agustín, a preguntar si quizá alguien había ido a cambiar cien dolares, quizá alguna pista, algo. Negativamente nada había pasado por ahí, pero de igual manera, a Mauricio lo pudo mas su curiosidad y nos preguntó que es lo que había pasado, cuando le contamos, conmovido, decidió pagarnos dos noches en una especie de hospedaje que su mama tenía montado en su casa, así fué donde retomamos la marcha, super agradecidos aceptamos otra vez más la hospitalidad colombiana y salimos a hacer música ese mismo mediodía. En medio de la jornada nos cruzamos con una pareja que nos había llevado hasta San Agustín, luego de comentarles nuestra situación y sin pensarlo nos obsequian algo de dinero para seguir viaje, asi fue como seguimos remontando de a poco

Hoy, escribiendo desde la hermosa ciudad de Popayan, donde llegamos ayer por la noche y una camioneta nos llevo hasta la casa de nuestro couch porque decian que era peligroso por aca, una vez mas, la hospitalidad haciendo de las suyas por colombiam donde le tinto formas amistades y la gente sonríe orgullosa.











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